La Reja
Una de mis anécdotas que nunca olvidaré, es cuando tuve un accidente que casi me costó la vida. Tenía 9 años y cursaba el cuarto grado de primaria. Todos los viernes cuando salíamos del Colegio Winnetka, nos reuníamos a jugar fulbito con mis amigos del barrio, en mi querido Chaclacayo. Así, mientras esperaba a los demás, mi amigo que me acompañaba al cual le decíamos José chiquito, porque era bien chato. Me reto a caminar por un muro de rejas de fierro de una residencia, las cuales tenían puntas, él se subió primero y demostró pasarlo sin ningún problema. Luego me tocó subir a mí y cuando estaba caminando a la mitad, José chiquito dio un golpe a la reja, y ésta tembló, perdí el equilibrio y me caí clavándome la pierna izquierda... Felizmente me sostuve con mis dos manos de un extremo de la reja, en ese preciso instante, llegó mi hermano José, y al verme me levantó en peso y me saco de allí. Al rato se me encogió la pierna, estaba postrado en la vereda, me salía poca sangre y est